Retomé la investigación donde la había dejado días atrás. Unos enigmáticos bloques pétreos, en forma de cubo, llamaron mi atención.
Me parecieron la base de lo que quizás hubiera sido una gigantesca estatua que los lugareños habrían erigido a Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid. De ahí su posición paralela entre ellos. El hallazgo podría servir para reforzar mi teoría sobre las andanzas del famoso caballero medieval.
Sentí escalofríos al pensar que en Culleredo no solo contaríamos con obeliscos tan importantes como los de otros sitios sino que tal vez alguna estatua, tan imponente como en la antigüedad podría haber sido el Coloso de Rodas, formaba parte de nuestro acervo cultural. Esto de acervo cultural no sé qué coño quiere decir pero queda muy bien.
En uno de los pilares, distinguí lo que podría ser la firma del artista que posiblemente esculpió la obra que, por algún motivo que desconozco, no llegó integra hasta nuestros días.
Tendría que investigar en mis archivos privados quien podría ser ese Reth, averiguar si había otras obras firmadas por el mismo artista para ver si encajaba en mi teoría. Me quedaba un largo camino hasta encontrar el hilo que me sirviera para desentrañar la madeja, pero estaba seguro que lo iba a conseguir.
Mientras tanto, el conocido himvestigador Friker Jiménez exponía su tesis :
"... los pocos supervivientes que consiguieron huir de la Atlántida , una vez destruído el legendario continente, llegaron a la Ría do Burgo donde desembarcaron y decidieron construír la gigantesca figura de un atlante para recuerdo de los siglos venideros ...".
Me fui alejando de las graníticas construcciones mientras pensaba : " este fulano se va a enterar ".
Puede ser que esta historia continúe.
lunes, 21 de enero de 2008
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