viernes, 7 de diciembre de 2007

obeliscos (1)

Mantuve una animada discusión con L. K. sobre la Columna de Trajano. A partir de ahí la conversación derivó hacia los obeliscos en general; pasamos sobre el de Buenos Aires y París
y aterrizamos en los dos que tienen en Coruña.
Debo decir que los aires de grandeza de L. K. al describirme los monumentos de su ciudad lograron quitarme de mis casillas. Acabé la discusión dándole un garrotazo en todo lo alto.
Acto seguido, después de rematar la conversación ( y al bueno de L.K.) por tan expeditivo método, decidí seguir con la expedición pero esta vez arqueoílogica.
Cargué con la cámara y me dirigí hacia la costa para estudiar unos restos que presumo pueden ser de suma importancia para un estudio antropoilógico de Culleredo.
Esto fue lo que encontré:





En medio de la ría , un monolito emergía de entre el lodo. Quizá el último resto de algún poblado lacustre. Posiblemente de la edad de hierro. Me atrevería a decir más : de la edad del hierro oxidado. No hay más que fijarse en las escaleras laterales que suben hasta una especie de candelabro; tal vez un faro primitivo o el cáliz ígneo de algún ritual perdido.
Intenté acercarme para ver esos pequeños detalles que podrían ayudar en mi investigación. Un dibujo, un signo... algo que me permitiera conocer la fecha de su construcción.
Acabé enterrado hasta los huevos en el barro pestilente. Tuve que retroceder ante el peligro real de morir enterrado en la puta mierda.
Con el cabreo consiguiente puse fin a la expedición. Por lo menos de momento.

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