Parafraseando -dios que palabro-el título de Bukowski (¿se escribe así?) seguimos con el tema de las elecciones.Y con la prisa que se dan los de siempre para sus inauguraciones nos encontramos con cositas como ésta:
se trata del ascensor sobre el monte de San Pedro.Muy bonito eso sí.Ahora sólo faltaría que funcionase para que todo estuviera bien.
El otro día me armé de valor y aprovechando que, de momento es gratis, cogí la cámara,el perro y la familia y allá me fui.
Después de dos horas de cola bajo un fuerte calor (esa sensación que sólo conocen en Andalucía y Levante pues aquí todos sabemos-según los informativos- que siempre está lloviendo ) y aguantar la exquisita educación de los ciudadanos que se guardan el sitio los unos a los otros y cuando por fin me iba a tocar subir a esa maravilla de la técnica, ¡zas! va y se jode.
El caso es que tuve que volver al día siguiente más que nada impelido por la tozudez de mi hija.Ya se sabe que a ciertas edades la emoción de lo nuevo vence a la impaciencia.Baste decir que conseguí que subiera ella aunque yo me quedé en tierra.
O sea: la organización horrorosa.Para más coña entre cada viaje de unos tres minutos esa precisa maquinaria tiene que descansar treinta.Lo nunca visto.
Desde entonces,se ha estropeado como media docena de veces e industria ha paralizado el ascensor por la evidente falta de seguridad para los usuarios.
Aunque el juguetito ha salido en un dineral los ciudadanos de Coruña no exigirán cuentas porque aquí sobra la pasta y no hay baches que arreglar ni na de na.Y, sobre todo, porque aquí ni dios se responsabiliza de nada.
Y hablando de dios: el "ideólogo" del montacargas (un tal Paco Vazquez de infausto recuerdo) se lo pasa como idem en el vaticano.
Para más información en La Voz de Galicia.
sábado, 28 de abril de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario