" Los jóvenes no piensan más que en sí mismos"- dice el viejuno de turno.
" Bueno, en eso y en el botellón, claro" -contesta otro que aparenta estar más enterado.
Y así van añadiendo tópicos hasta dibujar una imagen de lo que algún mongolo bautizó como " crisis de valores" y que parece ser una referencia a la sociedad actual.
Pero , de tarde en tarde, un rayo de luz ilumina esta triste oscuridad actual y nos devuelve a unos tiempos en que el romanticismo formaba parte de las vidas de los hombres.
Así, perdido entre las páginas de un periódico, encuentro la noticia que me vuelve a reconciliar con el ser humano: detenido un menor por robar dos peluches para su novia.
El enamorado ¿Romeo? huyó a lomos de su montura (léase ciclomotor) acompañado por un cómplice que no dudó en ayudarle en tan arriesgado acto y, cual filibustero moderno, entregó el botín (sic) a su amada.
No tengo la menor duda: que los encierren en el calabozo más sombrío y tiren las llaves al fondo del mar. Por delincuentes.
sábado, 30 de agosto de 2008
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