El pasado sábado se celebró en Acea de Ama la última edición de Voz Natura. Pretende este programa implicar a los escolares de Galicia en la defensa del medio ambiente. O eso dicen.
Porque no veo yo muy claro que una horda de treinta mil enanos asilvestrados (con sus respectivos profesores) saltando, gritando, corriendo y pisoteando todo lo pisoteable respeten mucho la naturaleza.
Añádase a ello unas docenas de autobuses , varios cientos de automóviles y millones de envoltorios de chucherías, bocadillos, latas de refrescos tirados por todas partes y tendremos una ligera aproximación a la tan cacareada fiesta de la ecología.
Mientras las autoridades y estamentos implicados en el evento se comen la polla unos a otros; perdón, quiero decir se felicitan efusivamente por lo bien que lo han hecho, muchos vecinos empiezan a estar hasta los cojones de ver el parque un año tras otro ( y van once ediciones) convertido en un vertedero.
Más que una reunión de futuros ecologistas parecería que los borrachos de todo el mundo se hubieran juntado para celebrar el botellón más grande que jamás vieron los tiempos. ( ¡ Toma frase!).
Menos mal que la orgía ecologil solo ocurre una vez al año y dura unas horas. El lunes ya los operarios se afanaban en desmontar los campamentos de los jóvenes bárbaros y procedían a la limpieza aminorando así el desastre.
Emergiendo de entre la interminable marea de mierda, un solitario cartel llamaba la atención. No sé si daba risa o ganas de llorar.
Más imágenes del crimen por aquí.
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