martes, 20 de noviembre de 2007
uno de los nuestros
El veinte de noviembre de 1936, víctima de una bala perdida, moría en Madrid uno de los líderes más carismáticos de la poco conocida Revolución española: Buenaventura Durruti.
Hoy, veinte de noviembre, todos los medios se han encargado de recordarnos el aniversario de la muerte de Franco. Reportajes, documentales y debates sobre la figura del tirano y su "larga agonía", demasiado corta para sus merecimientos.
Ni una sola mención para el revolucionario. Enterrada su vida y su muerte bajo el mismo espeso silencio con que enterraron los logros de aquella revolución que, por breve tiempo, hizo triunfar la utopía de un mundo nuevo e igualitario.
"Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades... ¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero, le repito, a nosotros no nos dan miedo las ruinas porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones... ese mundo está creciendo en este instante"
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